Andrie Tarkovski
Andréi
Arsénievich Tarkovski (ruso: Андрей Арсеньевич
Тарковский; Zavrazhie, Óblast de Ivánovo, 4 de abril de
1932 – París, 29 de diciembre de 1986) fue un director
de cine, actor y escritor soviético. Es considerado uno
de los más importantes e influyentes autores del cine
ruso en tiempos de la Unión Soviética y uno de los más
grandes de la historia del cine.
A pesar de haber
realizado únicamente siete largometrajes a lo largo de
veinticinco años de carrera, de su prematura muerte, por
un cáncer de pulmón, y del carácter notoriamente
anti-comercial de la mayoría de sus películas (con la
excepción de Solaris, por el hecho de haber sido
ampliamente promocionada por las autoridades de su país
como «la respuesta soviética a 2001, una odisea del
espacio», aunque se trataba de un filme tan poco
dispuesto a entretener al espectador como todos los
suyos, y el que menos agradaba al propio Tarkovski), hoy
día Tarkovski es recordado por su extrema exigencia a la
hora de preparar y dirigir sus proyectos, por sus
teorías sobre el arte en general y el cine en particular
(recogidas en su famoso volumen Esculpir en el tiempo),
por su renuencia a acatar los dogmas culturales y las
limitaciones ideológicas de su país (que finalmente lo
llevaron al exilio), y por su fortísima personalidad
artística.
Fue el primer
cineasta soviético en recibir el León de Oro de Venecia,
también por su primer filme, La infancia de Iván (1962).
Sin embargo, este triunfal comienzo no le impidió sufrir
severos problemas con las autoridades soviéticas, y
tardó siete años en lograr estrenar su siguiente
película, la monumental Andréi Rubliov (1969). Aceptó
dirigir Solaris (1972) porque necesitaba seguir
trabajando. Y pudo realizar su muy personal El espejo
(1975), en la que narraba muchos pasajes de su propia
vida. Dispuesto a seguir haciendo películas al precio
que fuera, el desastroso rodaje de Stalker (1979), que
sufrió la pérdida de gran parte del negativo original
por un accidente en el revelado, casi le cuesta la
cárcel cuando exigió que volvieran a otorgarle el
presupuesto inicial y solamente pudo terminarla con una
inversión mucho menor.
Harto de las
imposiciones y de la presión de las autoridades
culturales soviéticas, emigró primero a Italia, donde
realizó el documental Tempo di viaggio (1983) y el
largometraje de ficción Nostalgia (1983), y después a
Suecia, donde con parte del equipo de su admirado Ingmar
Bergman, dirigió su obra póstuma, Sacrificio (1986), que
terminó ya muy enfermo de cáncer, montándola y diseñando
el sonido desde la cama de un hospital. Esta película es
la más premiada en la historia del Festival de Cannes,
con cuatro premios, aunque no ganó la Palma de Oro.
Las autoridades
soviéticas consintieron que su hijo fuera a visitarlo
justo antes de su muerte en el hospital de París en el
que se hallaba. A su muerte, exigieron que su cuerpo
fuera enviado a su país para ser enterrado allí, a lo
que su mujer, Larisa Tarkóvskaya, se negó, aludiendo que
no pensaba enterrar al cineasta en un país que tanto les
había hecho sufrir a él y a su familia.