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Jean-Luc Godard

En el verano de 1959 comenzó el rodaje de su primer largometraje, À bout de souffle, sobre un guion de François Truffaut —de quien fue por esos años muy amigo— y con la colaboración de Claude Chabrol. La película, protagonizada por Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg, supuso una revolución en la manera de filmar al utilizar técnicas hasta entonces poco ortodoxas, como rodar cámara en mano, utilizar el estilo documental o saltar de un plano a otro. A pesar de no lograr ningún premio en el Festival de Cannes, ganó el Oso de Plata en el Festival de Berlín, así como el Premio Jean Vigo.

 En 1960 dirigió su segundo largo, El soldadito, que estuvo prohibido en Francia durante tres años. Este film estuvo protagonizado por Anna Karina, actriz con quien se casó un año más tarde y que protagonizaría varios de sus proyectos posteriores.

 Durante los siguientes años, Godard colaboró con otros integrantes de la Nouvelle vague como actor, codirector o productor, a la vez que dirigió películas enormemente influyentes que fueron aclamadas por la crítica cinematográfica como Banda aparte o Pierrot el loco. Algunos de los premios que cosechó en esta época fueron el premio especial del jurado y el de la crítica de la Mostra de Venecia por Vivir su vida, su segundo Oso de Oro por Alphaville, y un nuevo premio especial del jurado en la Mostra por La Chinoise.

A partir de Made in USA, el cine de Godard, ya antes caracterizado por el radicalismo formal, incorporó un progresivo radicalismo político que cristalizó en dos largometrajes, La Chinoise y Week End, preludio de su incorporación al movimiento maoísta.

Etapa política

Tras el estreno de Week End en 1967, y después de divorciarse de Anna Karina y casarse con la entonces estudiante anarquista Anne Wiazemsky, Godard decidió poner su cine al servicio del movimiento revolucionario que eclosionaba con el Mayo francés y, adherido a la ideología maoísta, abandonó sus métodos de trabajo anteriores.

En mayo de 1968 el Festival de Cannes fue suspendido por la interrupción de las proyecciones que hicieron Godard, François Truffaut, Polanski y otros cineastas, en apoyo y solidaridad al movimiento estudiantil y obrero del Mayo francés. Ese año también dirigió One plus One, más tarde titulado Sympathy for the Devil, un documental que no sólo muestra cómo los Rolling Stones van dando forma a esta canción paso a paso, sino que también es un relato simultáneo de dos o tres discursos políticos y estéticos revolucionarios.

Con el fin de diluir la propia autoría en un colectivo cinematográfico miliante, creó el Grupo Dziga-Vertov, como homenaje al cineasta soviético Dziga Vertov junto al estudiante de Filosofía Jean-Pierre Gorin, la actriz Juliet Berto y la propia Wiazemsky, entre otros, y muchos de sus filmes, que comenzaría a rodar en 16 mm, se nutrirían de influencias del cine de propaganda soviético. En sus propias palabras, eran «películas revolucionarias para audiencias revolucionarias» y se caracterizaron por una gran desconfianza en las imágenes «bellas», en beneficio de un sonido por veces hipertrofiado, y por un discurso netamente marxista, abandonando las historias de ficción para mostrar ensayos fílmicos de gran radicalidad.

Las décadas de 1970 y 1980

Sin disolver el Grupo Dziga Vertov, y todavía comprometido con la militancia revolucionaria, Godard probó a dirigir filmes de ficción convencional que ejemplificasen las teorías maoístas dirigiéndose a un público más amplio. Como primera pieza de este proyecto, y codirigiendo con Jean-Pierre Gorin, estrenó en 1972 el largometraje Todo va bien, protagonizado por Yves Montand y Jane Fonda. Sin embargo, y a pesar de que tanto Godard como Gorin habían planeado fundar la productora Todo Va Bastante Bien con la cual dirigir nuevos proyectos de corte marxista, unos meses después hicieron una severa autocrítica de los presupuestos teóricos bajo los que se había rodado Todo va bien en el documental Carta a Jane, tras el cual el Grupo Dziga Vertov se disolvió definitivamente.

 Godard, ya separado de Anne Wiazemsky, rechazó toda su etapa maoísta en el documental Aquí y en otro lugar, estrenado en 1976 y codirigido con Anne-Marie Mieville.

 En la década de 1980 volvería al cine convencional de 35 mm y rodaría películas polémicas como Yo te saludo, María, en paralelo con Anne-Marie Mieville. A finales de la década comenzó a trabajar en una serie documental titulada Histoire(s) du cinéma, en la que daría su particular visión sobre la historia del cine y que Canal Plus francés emitió en el año 2000. Es una obra conceptual, llena de imágenes superpuestas y textos, de polémicas y de poesía, que se prolonga en la década siguiente.

Últimas películas

Además, rodó Allemagne 90 neuf zéro (1991) y Les Enfants jouent à la Russie (1993), sobre esos años críticos. E hizo Hélas pour moi (1993) film que se inspira en la leyenda de Alcmena y Amfitrión, perteneciente a la mitología griega, que fue llevada al teatro por Plauto, Molière, Kleist y Giraudoux; quiere mostrar el deseo encarnado en el hombre; y utiliza asismimo ideas de Leopardi sobre el amor. Hizo más tarde, un retrato de sí mismo en JLG/JLG - autoportrait de décembre (1995), y una película For Ever Mozart (1996), en la que está presente la música del título.

 Después realizará Nuestra música (2004), y tras unos cortos, en 2010, Film socialisme.

 En 2012, la productora Wild Bunch anunció un nuevo film de Godard, Adieu au Language,1​2​ película rodada en 3D por su director de fotografía, Fabrice Aragno.

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